viernes, 30 de agosto de 2013

Cuatro Malditas Paredes

Estoy cansado de ver las mismas cuatro paredes a mi alrededor. Levantarme de la misma cama cada mañana y notar como la luz ingresa por la misma ventana, choca con esas cuatro paredes que aprisionan mi cuerpo, mi alma, mis pensamientos, esclavizan mi libertad y mis sentimientos, encadenan mi alegría y mi bienestar. Estoy harto de tener que golpear las mismas cuatro paredes, tener que ver mi sangre retratada en esas cuatro paredes que no concibo porque están ahí, tomando, cual un reo, mi mente mi espíritu.

Quisiera poder ver esas cuatro paredes caer como el muro de Berlín y pegar un grito tan fuerte de libertad como el sonido de un cuerno de guerra. En lugar de que mi sangre corra por esas paredes que sea su sangre empolvada que salga. Estoy agotado de pintar las mismas paredes con mis pensamientos, para que luego las borre con el tiempo. Deseo tanto, como el deseo de un ave de salir de la jaula, el que esas cuatro paredes al menos hablen, me aconsejen e insulten, en contrario, son tan frías que ni apoyarte puedes en ellas.

Malditas cuatro paredes, malditas sean, tienen poseído mis más profundos advenimientos, y no logró escapar de ustedes. Malditas cuatro paredes que no sirven para algo, sino para hacerme sentir tan solo en el mundo, como un animal enjaulado. Despreciables cuatro paredes, espero que algún día se mueran como lo haré yo, son tan humanas ustedes, las creen perfectas pero no lo son, como los humanos. Malditas cuatro paredes que oyen, leen y palpan todo lo que es mío.

Estúpidos sean los que se sienten seguros bajo sus cuatro paredes, que creen tenerlo todo dentro de esa burbuja, su mundo irreal. Insensibles todos los que aposentan esas cuatro paredes que lo único que hacen es matar la creación de la mente. Espero que noten la esclavitud a la que están sometidos en esas cuatro paredes que no hacen más que reprimir la existencia de nosotros.

Cuatro paredes que me absorben cada día al despertar. Las maldigo por no saber dar nada, cuando yo les doy todo, las lleno de colores y de poemas, les brindo cultura y sabiduría, les comparto mi conocimiento y creatividad, y ustedes en lugar de retribuirme eso, lo único que hacen es matarme cada vez. Cuatro paredes que me encarcelan, jodidas sean, porque el espíritu real no les pertenece. Me matan y me aprisionan, aún espero que me retribuyan con mi libertad, mientras tanto, malditas sean.

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